
El verano nos afecta a todos. También a nuestros peces. El agua en los peces conforma obviamente su ambiente y es por ello que debemos tener en consideración ciertas pautas para que no se estresen ni presenten problemas de salud:
La cantidad mínima en un acuario de agua fría debe ser de aproximadamente 100 litros, no por capricho sino por cuestiones de oxigenación del agua. Los peces de agua fría necesitan más oxígeno en el agua que los tropicales, y cuando la temperatura en el verano asciende, también lo hace la del agua, es entonces que comienzan a asfixiarse.
La regla que sugiere 1 litro de agua por cada centímetro de cada pez, se transforma hasta dos o tres litros por cm de animal. Si al llegar el verano vemos a nuestros peces flotando muy cerca de la superficie, es por falta de oxígeno. Entonces habrá que conseguir aireadores (comlumna de burbujas) para mover la superficie del agua y obtener mayor oxigenación.
Recordemos alejar el acuario del sol directo, lugares poco ventilados, y no sobrealimentemos a los peces cuando los veamos cerca de la superficie, ya que agregaríamos otro obstáculo a los pobres peces tratando de respirar.
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